KAMBO

Bajo el efecto de plantas medicinales sagradas, entró en el bosque y, mientras estaba allí, recibió la visita de un espíritu femenino del bosque. Ella trajo en sus manos una rana, de la que extrajo una secreción blanca, y enseñó a la Pajé cómo aplicarla. De vuelta a la tribu y siguiendo las directrices que había recibido, el Pajé pudo curar a sus hermanos y hermanas. A partir de entonces se le conoció como Pajé Kampu o Kampum.

Tras su muerte, su espíritu siguió viviendo en la rana, donde continuó su misión de proteger la salud de quienes defienden la selva. La secreción se conoció como Kambô, pero en algunas tribus se llama Sapo, Dow-Kiet, Kampu o Vacina da Floresta. He tenido el honor de viajar a la selva primaria en luna nueva para capturar las ranas y cosechar esta medicina.

El kambó penetra en el organismo a través del sistema linfático y se desplaza muy rápidamente por el cuerpo, limpiando el sistema linfático, el hígado y la vesícula biliar, y se dice que ayuda a eliminar los metales pesados del organismo, al tiempo que estimula y refuerza el sistema inmunitario gracias a las docenas de péptidos que contiene. También se utiliza para eliminar las energías negativas del cuerpo.